Las primeras tomas nocturnas pueden ser un momento duro para algunos padres. La exigencia del día a día es difícil de conciliar con la falta de sueño que suele asociarse a los meses posteriores al parto.
La realidad es que no existe una fórmula mágica para solucionar este problema: tendrás que acostumbrarte, durante un tiempo, a los desvelos nocturnos.
Sí existen, sin embargo, algunos trucos para tratar de hacer más llevadero el esfuerzo y dormir en el intento. ¡Toma nota!
8 consejos para afrontar las tomas nocturnas
Aprovecha para dormir mientras lo hace el bebé
Cuando te sea posible, trata de echar una cabezada cuando lo haga tu bebe. Aunque sea a plena luz del día: durante un tiempo tendrás que adaptar tu ritmo corporal al del pequeño recién nacido y esos sueños intercalados te ayudarán a llevar mejor las tomas nocturnas.
Acostumbra a tu bebé a dormir por sí mismo después de la toma
Trata de reducir las tomas nocturnas a lo estrictamente imprescindible: la alimentación del bebé. No lo acunes, no le cantes nanas. El bebé se acostumbrará a retomar el sueño sin necesidad de estímulos externos, mientras que tú -al no despejarte del todo- podrás volver a dormir más fácilmente.
Deja todo organizado y a mano
Organiza todo antes de irte a la cama de forma que cuando llegue el momento de la toma, todo resulte más sencillo. Si necesitas ponerte a organizar la toma de noche te desvelarás y probablemente también lo haga tu bebé.
Si optas por el colecho…
En caso de que hagas colecho, túmbate junto a él para que se relaje al sentirte cerca, el contacto cercano con sus padres es algo que suele relajar mucho a los bebés.
Comparte las tomas con tu pareja y pide su ayuda
Recuerda que sois un equipo, las tomas compartidas son más llevaderas. No es lo mismo hacer un esfuerzo en solitario que sentir que tu compañero de vida lo hace a tu lado.
Consulta a tu pediatra para valorar la frecuencia de la toma
Si llega el momento en el que tu bebé no se despierta por las noches, consulta con tu pediatra para valorar la opción de espaciar o cesar las tomas nocturnas. Quizá ya no sean necesarias.
Crea una rutina antes del sueño
Crear una rutina antes de irse a dormir es una buena medida para controlar las tomas nocturnas.
Por ejemplo puedes darle su ducha siempre antes de la primera toma nocturna, ayúdale a diferenciar entre la noche y el día desde su nacimiento con tomas con luz por el día y sin luz por la noche o con ruido de fondo por el día y sin él por la noche.
Tómatelo con calma, ¡no será para siempre!
El bebé acabará eliminando las tomas nocturnas de forma natural, pero si tú quieres hacerlo antes lo puedes intentar. Eso sí, nunca antes de los 7 meses, edad hasta la que se recomienda mantener sí o sí la alimentación a demanda.
Ojalá que estos consejos te sean útiles para afrontar de la mejor manera posible las tomas nocturnas de tu bebé. ¡El esfuerzo merece la pena!