El desarrollo psicomotor es la adquisición de todo tipo de habilidades durante la infancia. Las aptitudes suelen ser las mismas para todos los bebés, pero no la velocidad a la que se adquieren. Esto último es variable en función de múltiples factores, desde la genética al ambiente familiar.
La etapa contralateral es la tercera del desarrollo psicomotor y está comprendida entre los 8 y los 12 meses de edad. Es en esta fase, habitualmente durante el noveno mes desde el nacimiento, cuando los bebés suelen empezar a gatear.
Los expertos afirman que un bebé de ocho meses ya suele ser capaz de sentarse sin ayuda ni apoyo y girar sobre sí mismo. A partir de ahí empiezan a sostenerse sobre sus manos y rodillas, lo que lleva a muchos de ellos a gatear.
El siguiente paso es empezar a ponerse de pie e incluso desplazarse de la mano de sus padres o agarrándose a los muebles de la casa.
La importancia del gateo en el desarrollo psicomotor del bebé
Se ha escrito mucho sobre la importancia del gateo en el desarrollo psicomotor de un bebé. Largo y tendido lo hizo el Director del Centro Kineos, Albert Rosa, afirmando en un artículo que puede ayudar a ganar equilibrio, al desarrollo neurológico, a la coordinación cerebral entre la mano y el ojo e incluso a desarrollar ciertas habilidades físicas.
En general es algo aceptado que gatear ayuda a desarrollar la coordinación entre ambas partes del cuerpo, facilitando la flexibilidad y las rotaciones en el bebé.
¿Qué hago si mi bebé no gatea?
Gatear no es imprescindible. No se trata de una fase obligatoria en el desarrollo de un bebé, de hecho no son pocas las personas sin ningún tipo de patología que no han gateado en su vida.
De hecho, la tabla Haizea-Llevant, que sirve de guía para detectar de manera precoz posibles retrasos en el desarrollo psicomotor de los niños, no incluye el gateo y sí otros hitos de esa edad que se consideran más importantes y comunes, como sentarse solo o ponerse de pie con apoyo.
Por lo tanto nuestro consejo es que no te preocupes si tu hijo no empieza a gatear. Es perfectamente posible que no pase por esta fase y que su desarrollo, de manera natural, vaya por otros derroteros sin que sea algo fuera de lo normal.