Ayudar al bebé a expulsar gases es fundamental. En los primeros meses de vida es muy común que los bebés traguen aire cuando comen, ya que no controlan la técnica de succión. Además, los gases son muy molestos para los bebés, por lo que es importante ayudarles a que los expulsen, pues aún no saben cómo hacerlo solos.
La incomodidad que generan los gases puede ser muy intensa y, por tanto, pueden provocar el llanto del bebé. Eso sí, no debemos confundir gases con cólicos, ya que estos últimos son más dolorosos y molestos que los gases. Si tienes dudas al respecto consúltalo con el pediatra.
Tipos de gases del bebé
Antes de que te contemos cómo ayudar a tu bebé a expulsar los gases, debes entender qué tipos de gases puede producir tu hijo:
- Gases del estómago: un bebé recién nacido está aprendiendo a relacionarse con el medio de manera constante. Así, suelen tragar mucho aire durante las tomas, también en los períodos de llanto.
- Gases del intestino: son los provocados por la digestión de los alimentos y pueden tener causas concretas muy diversas.
Cómo ayudar a expulsar los gases de tu bebé recién nacido
Te proponemos algunos consejos para sacar los gases a un bebé:
- Colócalo sobre tu pecho: sostén al niño con la cabeza a la altura de tu hombro y dale pequeños golpecitos en la espalda. Lo ideal es que tomes la precaución de cubrirte con un paño, ya que no es nada extraño que el bebé expulse algo de comida en el proceso.
- Siéntalo: cuando sea capaz de mantenerse sentado puedes probar a expulsar sus gases en esta postura. Sujeta su barbilla con una mano y dale los mismos golpes en la espalda.
- Masajea su estómago: coloca al niño boca arriba sobre una superficie plana y masajea su tripa con mucha suavidad. Otra opción es –en esta misma postura- elevar sus dos piernas a la vez, también con mucha delicadeza.
- Sujétalo boca abajo: sujeta al bebé boca abajo y sujétalo con un brazo. Con el otro puedes dar pequeños golpes en su espalda para ayudarle a expulsar los gases.
Cómo no sacar los gases a un bebé recién nacido
Se comercializan algunas soluciones milagrosas cuya efectividad es más que dudosa. Nuestro consejo al respecto es que no te fíes y acudas a tu pediatra antes de suministrar cualquier producto a tu hijo.
Comidas que provocan gases al bebé
Existe una serie de alimentos que provocan gases al bebé de manera habitual. Esto es algo que se debe tener más en cuenta a partir de los seis meses, cuando la alimentación infantil de tu hijo se diversifique. Pese a que existe un mito muy extendido al respecto, no está probado que la alimentación de la madre pueda influir en los gases del bebé, ni siquiera mientras la lactancia sea su único sustento.
Estos son algunos de los alimentos que pueden provocar gases al bebé:
- Legumbres (especialmente las alubias).
- Familia de las coles (brócoli, coliflor etc.).
- Algunas frutas de hueso (ciruelas, albaricoques o melocotones).
- Cítricos (naranjas o mandarinas).
Por qué no debes (en principio) eliminarlos de la dieta
Puede parecer que solo con eliminar los alimentos citados de la dieta se soluciona el problema, pero está muy lejos de ser cierto. En primer lugar, hay que tener en cuenta que las causas de los gases del bebé van más allá de los alimentos que consuma, como hemos visto en el caso de los gases estomacales. Otro ejemplo, el hecho de estar comiendo constantemente hace que su sistema digestivo, todavía tierno, esté en funcionamiento de manera casi permanente. Esto es un productor de gases muy importante.
Además, eliminar alimentos de la dieta de tu bebé prescindiendo del consejo profesional es algo que no aconsejamos. En la alimentación infantil todos los nutrientes son necesarios y cumplen una función concreta. Solo en situaciones muy específicas, que debería valorar tu pediatra, se pueden hacer ajustes que prescindan de algunos.
Gases del bebé: ¿debería consultar con mi pediatra?
Los gases del bebé son una molestia habitual en los primeros meses de vida. En principio, no deben causar preocupación, pero si tu hijo se muestra incómodo tras cada toma de manera persistente, especialmente si aparecen otros síntomas como fiebre o vómitos, no dudes en acudir a tu pediatra para que realice una valoración profesional de tu caso y descarte otras posibilidades, como el cólico del lactante, y así adoptar las medidas adecuadas para aliviar a tu bebé.